jueves, 30 de junio de 2011

Quique González: La breve intensidad de las primeras luces



Martes, Junio 28. New York City. Mercury Lounge. Una noche como cualquier otra en esta ciudad incandescente donde las almas de millones de seres se hacen bruma entre calles, hoteles y negocios. Pero no en este rincón. Aquí fuimos únicos. Quique González, el escenario y yo. Y así como yo, un puñado muy selecto de miradas y corazones que latieron descontrolados, sordos, furiosos. Manos y labios murmurando lo insólito, estrujándose unos contra otros, ateridos, extasiados frente a la maravilla que brotaba de un par de músicos on stage. Íntimo y vibrante, así fue el concierto de Quique, quien se llevó consigo el cariño y la admiración de los amigos que esa noche estuvimos con él. Ni muchos, ni pocos: fuimos los necesarios. The Chosen Few. Gracias, Quique.

martes, 7 de junio de 2011

Fetichismo, música y cosas varias

Tropiezo nuevamente con Microsoft Word, la actitud recurrente e inútil diremos algunos, es cierto. Sobre todo cuando nos repasamos incesantemente y tratamos de hallar algo de interesante en nuestra escritura. Sin mucho éxito, by the way. Sin embargo, todo parece ir encajando por ahora y esos tecnicismos se los dejo a otros criterios.

Bebiendo Mountain Dew, i’m gonna get a bad fever, leyendo un poco a Bolaño, un poco los manuales de David Busch para terminar por fin de aprender los mecanismos básicos del diafragma y los f/stops, i’ll stay forever with you, y de vez en cuando acariciando la Polaroid 300, azul, brand new. Fetichismo puro y sin censura. Pero está bien, Abraham, todo está mejor que nunca, y lo sabes porque tiemblas cuando miras cómo se deshojan los días en el almanaque o en la foto que tomaste del almanaque, para el caso es lo mismo. Quizás tengas la respuesta pero no la asumes, la ves arropada entre papeles y voces pero no te atreves a lavarle la cara, aun cuando sabes que esta pasmosa debilidad por el arte de lo visual crece descomunalmente, como esos muñecos “acuareactivos” de la infancia. Deja de jugar con lo desconocido, don’t you shiver, confía en tus manos y golpea las puertas antes de entrar.