viernes, 29 de abril de 2011

Fragmento de A. P.

1 de noviembre, martes

Un rostro. Un rostro que no recuerdo, ya no está en mi memoria. Ahora es el combate con la sombra, con las nubes difusas y confusas. Le he dado todo. Lo hice y lo puse en mí. Le di lo que los años me quitaron, lo que no tengo, lo que no tuve. Ahora falta mi vida, falto a mi vida, me fui con ese rostro que no encuentro, que no recuerdo.

No podrá conmigo ese rostro. Es tarde para andar otra vez invadida por una presencia muda. Ya no más los amores místicos, un rostro clavado en el centro de mí.

Pero sé que mi vida solo tiene sentido cuando amo como ahora no quiero amar, cuando intento un rostro y un nombre, que colorean mi silencio, que me permiten seguir buscando y no encontrando, que me permiten lo que de otra manera es hastío, tiempo en que nada pasa.

(Tomado de Alejandra Pizarnik, Diarios, p. 167)

Manifiesto

Para A. Pizarnik


Nunca estuviste conforme con lo que fuiste, animalito de sombra en el cascarón de lo inevitable; el hastío te invadió a fuego lento y volaste desde todas las ventanas hacia ti. Lo supieron los libros, lo advirtieron las pastillas, te inventaste una lengua para no ser más vista, mecánicamente poblada por el miedo al vacío, a la felicidad de lo real. Te llamaste puente, tus dedos fueron noche en una calle en Buenos Aires. Eras el otro que te clava una mueca y te sorbe las yemas de tu sangre. Pero todo fue inútil porque jamás fue demasiado. O, en realidad, lo fue. Hoy, a 75 años de tu nacimiento, tu noche sigue mordiendo las paredes del lenguaje. Gracias por la ebriedad de tu silencio, bichito.

jueves, 28 de abril de 2011

1-0

Es jueves, estoy sentado y afuera llueve. West Hartford duerme, sueña, ansia una nueva mañana con sus calles vacías y sus negocios llenos, el poder de su bolsillo, el peso de sus apellidos. Es primavera, me lo dice el almanaque y lo confirman el clima, las flores, los atletas en las tardes. Todo es como en las películas, al menos las de Hollywood. Pero todo es una farsa, la realidad es la de adentro. De nada vale ser socialmente aceptado si por dentro te deshaces. Esta noche se confirman mis dudas más negadas, las más terribles, esas cosas que daba por perdidas pero nunca tanto, como siempre digo. El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos pero Pablo, ¿no ves que por dentro siempre es lo mismo? Todo parece ser calculado, te crees el muy maduro, el idiota que va por el mundo olvidando y siendo olvidado, ese que tiene respuesta para todo. Sarcástico, amargo y burlón: esas dos copas de vino no te prepararon para esto. Sí, eres un hipócrita de mierda, nunca vas a perdonar y está bien, your call. Pero no intentes reclamar algo que ya no es tuyo. Sea o no sea legal, las fichas están jugadas. A costa tuya, es verdad. Te partieron, te rifaron, te jodieron. Pero, carajo, así son las cosas. Al borde de los 25 y sigues con las mismas cojudeces. Cuando quiere joderte, la realidad es una bitch. Tu jugando a ser fotógrafo y la paradoja que da la vuelta y te da una patada. La foto del año, sin dudarlo. You wanna fuck on me, Facebook? Ok, 1-0.

martes, 19 de abril de 2011

[…] esto no es más que un inmenso mar al principio de los días te veía entera y ahora sólo veo tus dedos que me saludan desde el otro lado del silencio desde el otro lado del vodka desde el otro lado del humo estamos en el centro de un cristal roto que cada día se abre más y más nuestros reflejos en el espejo de los días no son más que un rompecabezas mal armado de nuestros sueños de nuestras palabras cuando te veía en las mañanas sabía que eras apenas una colección de ruidos y sudores que la mano del tiempo había armado antes de despertarnos…

(Tomado de Opio en las nubes, Rafael Chaparro Madiedo, p. 133)

jueves, 7 de abril de 2011

Manuscrito al fondo de un vaso


Solo esto me salvará. Debo aferrarme a la palabra, empiezo a sentir cómo voy perdiendo uno a uno los sentidos; la inconciencia, el delirio, todo fermenta y crece de afuera hacia adentro. Botella botella parlante libro zapato todo depende de todo en esta realidad de personajes y formas cósmicas, polvo de estrellas en mi chompa, en la camisa blanca con su sudor tan plural y necesario, camisa botón algodón aguja hilo made in Singapur. Eres un punto deforme en la pantalla y solo te salva el verbo, nominalizar tus placeres en el vidrio de tantos vasos, en esa lejana noche que ya recuerdas un poco menos pero tan cierta como la sal de tu sangre en la lengua. Míranos en esta silla, enfermos de preguntas con olor a plástico y amoníaco, nombrando nombrando el juego de todos los días tardes noches de papeles enrevesados como solo nosotros. En fin, dejemos el final para el final.

sábado, 2 de abril de 2011

American shows

Sábado, madrugada, cansado del trabajo y del problema que me causa el respirar. La nueva amiga es simpática, siempre simpática al punto de causar vértigo, riéndose del mínimo gesto y golpeándose la frente ante lo inminente. Soy una marioneta de la soledad. Todos lo sabemos en cierto momento, yo lo sé ahora. Lerner dejó las pautas. Esta silla está karmeada. Putamadre, Lerner de mierda.