lunes, 28 de marzo de 2011

Razones para esta madrugada

Cierro las cortinas para no llenarme de ese afuera que contagia y desborda. A estas horas, las ventanas carecen de estabilidad y todo intento por nombrar una huella o una canción, es simplemente vano. El almanaque está lleno de equis negras, repasadas, indelebles y llenas de regrets. El orden que trato de imponerme es bastante arbitrario, siempre hay algo donde nada debe haber. Y mientras, el vacío se amarra las botas en mi taza de té, la misma de hace 3 días. Quiero pensar que todo se irá, incluso yo. Sigo buscando el olor de mamá, la espuma de esas orillas que ahora son equis. Sigo buscando razones para esta madrugada.

martes, 22 de marzo de 2011

yan-ken-pó

Es en noches como esta donde me doy cuenta de que estoy más solo que nunca. Los lunes siempre son así, una mierda, ni siquiera el trabajo es una sana distracción porque Alaska ya no está. Simplemente repasar los mismos protocolos, hacer rollos y servilletas, vasos, platos, repetir mis pasos y añadirlos a la lista de años perdidos. Matemática básica. Ni siquiera llegar a casa es un alivio, siempre está esa otra cosa que nos empuja a hacernos las preguntas de toda la vida, ese silencio que arrincona los sentidos hasta la gravedad, esa turbación que me lleva a la sala, al sillón, a la misma novela en HD. Este vino tampoco arregla nada. Cabernet Sauvignon, Alexander Valley, 2009, todo pierde validez y se empoza entre la gata y el teclado. Converso con Perú, la gente que va y viene o viene y va o como quieran llamarlo, esa gente que quiero al punto de sentirme agraviado con su felicidad, con la efimeridad de su libertad redundante, estúpida, pero libertad al fin. Las mismas personas y sus FAQs, sus mecanismos de defensa que no dan tregua a nadie, menos aún a ese pata que conocieron hace años pero cómo has estado brother? Esto es una trampa del tiempo, esa clase de juegos que nos habla de circunstancias inciertas y molinos de viento. Esto es un jardín de senderos que se bifurcan, una ironía, un puto mensaje de voz que jamás termina. Finalmente, esto soy yo. El mismo imbécil del yan-ken-pó contra sí mismo.

martes, 8 de marzo de 2011

Nada personal

Es un día de esos donde me despierto porque ya no puedo dar más vueltas en la cama, relativamente temprano para toda actividad decadente. El día de la mujer mundial, según Andrelo. Seguro que sí pero yo aún no tengo el blanco del camino en el ojo marcado. Además, no esperarán que ande como idiota felicitando a cada mujer que se cruza en mi Messenger o en el Facebook. Será que no estoy muy de acuerdo con esto de buscarse días para todo. Nada personal contra las féminas, by the way.

A propósito de faldas, anoche una nueva derrota en esas costas. Territorio bastante hostil el de Alaska. Siempre se juega a su modo, con sus naipes de segunda y sus uñas sin pintar. Es insólito pero sus ojos se expresan de otro modo, me dicen lo que quiero escuchar pero lo callan, en el silencio espacial de su momento menos puntual. Me enseñan también que detrás de todo jardín hay un jardín, exacto, y que mientras más nos alejamos, más cerca estamos de pisarnos los talones y las horas. Y es que todo funciona bajo esa lógica. Pero, por lo pronto, estamos suspendidos en la conciencia de nuestras miserias.

Pedro Guerra, es muy temprano también para ti y tus canciones, hermano. ¿”Mujer que no tendré”? Perhaps…