viernes, 29 de abril de 2011

Manifiesto

Para A. Pizarnik


Nunca estuviste conforme con lo que fuiste, animalito de sombra en el cascarón de lo inevitable; el hastío te invadió a fuego lento y volaste desde todas las ventanas hacia ti. Lo supieron los libros, lo advirtieron las pastillas, te inventaste una lengua para no ser más vista, mecánicamente poblada por el miedo al vacío, a la felicidad de lo real. Te llamaste puente, tus dedos fueron noche en una calle en Buenos Aires. Eras el otro que te clava una mueca y te sorbe las yemas de tu sangre. Pero todo fue inútil porque jamás fue demasiado. O, en realidad, lo fue. Hoy, a 75 años de tu nacimiento, tu noche sigue mordiendo las paredes del lenguaje. Gracias por la ebriedad de tu silencio, bichito.

No hay comentarios.: